miércoles, 15 de enero de 2014

El valor de la tierra propia




EL VALOR DE LA TIERRA PROPIA: EL VALOR DE GUADALAJARA. 


No sé si os ha pasado también a vosotros: Que a medida que la edad avanza, vuelve uno  su cabeza, y su mirada,  hacia sus raíces.

Ya lo dijo Erich Fromm hace muchos años: “El nacimiento no es un acto, es un proceso”. Quizá,  de ahí, que se busque esa consistencia con el inicio de tu vida. O que ésta , al final,  solo sea un círculo en el que los extremos, precisamente el inicio y el final, se tocan.

O, quizá, lleve toda la razón el eximio poeta Rilke. Y el escritor castellano Delibes. Que dijeron ambos prácticamente lo mismo: “La única patria que tiene el hombre es su infancia”. El sitio donde uno nació y creció.

Y yo ando muy lejos de llevarle la contraria a tan altos próceres de la cultura. Sino, más bien, nado a favor, y mucho, de esa corriente.

Por ello, cuando uno ha entrado y anda bien avanzado en la cincuentena y, sobre todo, la etapa profesional a la que ha dedicado prácticamente toda su vida ha llegado a su fin con la prejubilación, es el momento, por lo menos es mi caso, de volver hacia tus raíces.

Sobre todo cuando has estado muchísimo tiempo en otras cosas. En otros horizontes. En otras geografías. Y parece que tu tierra te reclama, ahora que tienes tiempo y energías más disponibles.

Yo llevaba con estos pensamientos en mi cabeza algún tiempo. Dándoles vueltas.

Hasta que se fueron concretando y, paralelamente, se cruzó en mi vida una persona clave para darles forma y ponerlas en práctica: Antonio Herrera Casado. Que, como sabéis, lleva trabajando en estos temas muchísimo tiempo.

Así que  le hice  un bosquejo, todavía no muy nítido del proyecto en el que estaba pensando  y   él, inteligentísimo como es,  rápidamente lo captó y lo engrandeció mucho más.  Yo nunca le agradeceré bastante que me escuchara,  lo primero, y que, luego, se animara a hacerlo también suyo , y a impulsarlo con sus fuerzas que son infinitamente mayores y más expertas  que las mías en este campo.

Al final todo este proyecto consiste en poner en valor a nuestra tierra. A darle valor  a lo que tenemos y a buscar que otros también se lo den. En eso se resume “Marca Guadalajara”.

Buscaremos, por tanto, identificar lo más valioso que tenemos: en monumentos, en rutas paisajísticas, en gastronomía, en personalidades, en tradiciones y fiestas.




Queremos que  esa búsqueda la concreten  los principales territorios que componen la provincia a través de las opiniones  de los lectores que sigan Marca Guadalajara.
Y, luego, seamos capaces entre todos de proyectar estas “maravillas” al exterior.  Hay algunos proyectos todavía en fase muy inicial como hacer un buen documental sobre los mismos que sirva de escaparate y proyección y otros similares que deberán ir concretándose  entre todos a medida que el proyecto avance.

Nuestra idea es que este sea un tema colectivo en que un grupo de personas, contra más mejor, aunque de una forma organizada, con afición, amor a la tierra y voluntad de hacer cosas, pongan su granito de arena para elevar  lo que podamos los valores culturales, artísticos, patrimoniales de nuestra tierra y hacer que sean más conocidos y más reconocidos.

 Por lo tanto será una visión positiva de lo nuestro, teniendo en cuenta lo que dijo la escritora Concepción Arenal, hace también muchos años ya: “Mal halaga a su patria quien halaga sus faltas, en vez de señalarlas”.

 Porque, en el fondo, y como también se dijo hace muchos años ya: “La patria no existe sin el amor de sus hijos”.

Francisco Rodríguez Tejedor
Escritor.

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